viernes, 5 de septiembre de 2008

Otro desalojo en puerta



Por Sergio Ferreyra

En el departamento Vera, algunos terratenientes ocupan en forma ilegal tierras fiscales que serán destinadas a los pueblos originarios. Desde el gobierno comparan el panorama con los sistemas feudales y aseguran que en los próximos días desalojarán a los usurpadores, tal como los definen. La política de tierras, una materia aún pendiente.

La usurpación de las tierras de las comunidades aborígenes, utilizadas por grandes terratenientes para la crianza de ganado, se manifiesta como un problema incipiente en el norte provincial. La reciente adjudicación de 327 hectáreas a favor de los mocovíes de Recreo fue, apenas, un paso en el largo camino que deben transitar los pueblos originarios para recuperar una pequeña porción de las tierras que alguna vez les pertenecieron. En las localidades de Garabato, Fortín Olmos y El Toba (todas del departamento Vera) esperan una resolución similar; mientras tanto, los aborígenes hablan de la tierra en los siguientes términos: “Hay que ver cómo, por quiénes y por qué están ocupadas y procurar, en base al diálogo, que no haya conflictos”. Desde el gobierno, además de haber tomado nota de la situación, destacaron la importancia que esas tierras tienen para el desarrollo humano.

El problema no terminó: apenas está siendo descubierto por los ciudadanos de las grandes urbes. La ocupación ilegal de las tierras destinadas por medio de la ley 12.086 a las comunidades aborígenes había asomado con fuerza ante la opinión pública a partir de la lucha de la comunidad Com Caia (en mocoví “Somos hermanos”) por la posesión real (ya no sólo legal) del territorio que les corresponde. Ahora, el mismo inconveniente se pone de manifiesto en el castigado norte provincial.

Más de cuarenta años les llevó a los mocovíes de Recreo que le reconozcan ese derecho. Parte de la reivindicación tuvo como escenario la Casa de Gobierno: fue la semana pasada, cuando se firmó la adjudicación de las 327 hectáreas que se estaban reclamando. El acto de entrega desató mucha emoción entre los integrantes de los pueblos indígenas. Lágrimas, gritos y manifestaciones de alegría reinaron y se adueñaron del momento, previo al festejo de su año nuevo (ver recuadro). Sin embargo, los representantes de la comunidad Com Caia dejaron en claro que ese fue el primer paso y que falta otro fundamental: la titularización de las tierras.

Y ese punto no es la única materia pendiente del gobierno y la sociedad santafesina. “En el norte de la provincia tenemos escrituras preparadas, en un grado de avance superior a este (en referencia al caso de Recreo), pero no se pudo llevar adelante la entrega hace 20 días porque hay tierras que están intrusadas”, dijo el ministro de Gobierno y Reforma del Estado, Antonio Bonfatti. “Estaremos yendo con el Fiscal de Estado a proceder al desalojo de esas personas, que son intrusos: personas de muchos recursos económicos que durante años estuvieron amañando decisiones y permanecen en lugares que no les corresponden”, agregó el ministro.

De esas declaraciones se desprende que la situación en el norte santafesino es más grave aún que en Recreo. Los campos en cuestión actualmente son destinados a la crianza de ganado.

UN VIEJO NUEVO PROBLEMA. Garabato, Fortín Olmos y El Toba son algunas de las localidades en las que el problema empieza a hacerse visible y, tal cual ocurrió muy cerca de la capital provincial, lleva mucho tiempo en un estado tácitamente público. Los desalojos se producirían en las dos semanas próximas, según pudo saberse de fuentes oficiales.

–O sea que el problema se multiplica en otros lugares.

–Yo diría –respondió Bonfatti– que en el norte de la provincia hay cuestiones más graves porque hay gente que actúa como si estuviéramos en la época feudal. Ya mantuvimos una reunión con los ministros de la Producción, de Seguridad y de Justicia, porque debe intervenir la Justicia, la Policía y los ministerios de la Producción y de Gobierno coordinadamente, para hacer efectiva la entrega de los títulos a las comunidades aborígenes del norte.

–¿Qué se argumenta a la hora de justificar la ocupación de estas tierras?

–Nada. Algunos pretenden hasta la usucapión (es el caso de quien luego de haber tenido “ánimo de poseer” la propiedad cierto tiempo, y la ha cuidado y tratado como propia, ha dejado revelado a las claras su íntimo deseo de poseerla), porque estamos hablando de tierras fiscales, y esto no puede ser así –dijo Bonfatti en tono vehemente.

Mónica Bifarello, secretaria de Regiones, Municipios y Comunas, también se manifestó al respecto: “Que la tierra esté ocupada no significa que sea imposible dársela a la comunidad aborigen. Tenemos que tomar los recaudos correspondientes; por suerte la Fiscalía de Estado está trabajando codo a codo con nosotros. Ya tenemos los instrumentos legales correspondientes para que aquellas personas que están ocupando ilegalmente esas tierras las restituyan al Estado. Soy optimista en eso; los obstáculos hacen que necesitemos tiempo, pero de ninguna manera nos van a frenar en la voluntad de adjudicar”. La funcionaria hizo hincapié además en que la disputa por las tierras de Recreo fue similar a lo que, ahora, está ocurriendo en el norte: también estaban ocupadas, aunque en aquel caso a cargo de un cuidador que desarrollaba sus tareas ad honorem. (Cabe recordar que estuvo vigente, hasta un par de semanas antes de la adjudicación, un pedido del Concejo de Recreo para que se someta a una consulta popular el uso –y por lo tanto la titularidad– de esas 327 hectáreas, para las que el senador por La Capital, Juan Carlos Mercier, tenía su propio proyecto: transformarlas en un parque industrial).

José Iñet, quien trabaja desde 1976 para el reconocimiento de los derechos de los aborígenes, dijo respecto de la ocupación de tierras que serán devueltas a las comunidades: “No vemos un problema; vemos una cuestión. Cuando uno habla de los temas sociales, hay que ver cómo, por quiénes y por qué están ocupadas (las tierras) y procurar, en base al diálogo, que no haya conflictos. No son necesarios a esta altura de la civilización; hay que estudiar la situación y solucionarlos punto por punto. Lo que no tiene retorno es que, por ley, esas tierras les corresponden a los indígenas”.

La ley a la que alude Iñet lleva el número 12.086, fue sancionada por la Legislatura provincial en 2002 y dispone que el Poder Ejecutivo debe restituir un conjunto de tierras fiscales a las comunidades aborígenes santafesinas “con el carácter de reparación histórica como pueblos originarios y preexistentes a la Nación”.

LUCHA COTIDIANA. Clara Chilcano, titular de Organización de Comunidades Aborígenes de Santa Fe (Ocastafe), fue precisa a la hora de referirse a la adjudicación de tierras a favor de la comunidad mocoví. Sostuvo: “Después de esta larga lucha de reivindicación, hemos logrado dar un paso más. Es la continuidad de un trabajo que venimos haciendo desde hace muchos años, que esperamos poder seguir llevando adelante. Pero todavía falta la titularización, en eso seguiremos construyendo, aunque ya está el compromiso del gobernador de que las tierras pertenecen a los aborígenes, tal cual nosotros lo hemos reclamado y lo divulgamos, de acuerdo a la ley 12.086, que es una norma que nos permite seguir siendo optimistas dentro de esta interculturalidad, donde hemos sido muy negados. Hoy queremos mostrarnos ante la sociedad con equidad pero diferentes, en una lucha de iguales desde el valor de la calidad del derecho humano, de los sectores vulnerables, de los que están sin tierra. Una lucha cotidiana”.

Por ley, las tierras pertenecen a la comunidad aborigen, pero la adjudicación no significa aún la plena posesión: “El título va a estar cuando haya un papel que especifique que es una propiedad comunitaria y de los pueblos originarios”, aclaró la militante de Ocastafe. “Desde la realidad que nos toca vivir, los integrantes de la comunidad mocoví entienden que estamos avanzando en pequeños pasos. Recién ahora se está dando sensibilidad y visibilidad a las comunidades aborígenes. También hay que entender que es un proceso de muchísimos años de culturización forzada, de negación, de ser invisibilizados, de estar en las minorías o los sectores vulnerables”.

LA IMPORTANCIA DE LA TIERRA. “La comunidad viene desarrollando diferentes talleres para que los propios integrantes definan los usos que se le van a dar a la tierra, de acuerdo a las capacidades de la propia comunidad”, amplió Chilcano. “La culturización forzada es de todas maneras valedera porque los pueblos originarios también hemos evolucionado. Hoy queremos tener las mismas pautas que tiene cualquier ciudadano, tener una mejor calidad de vida, una vida digna, un estudio y un buen trabajo. Los festejos conmemorativos del año nuevo mocoví son para decir que existimos”.

Pedro Coria, el líder de la comunidad Com Caia, también dijo lo suyo: “Para mí es una inmensa alegría poder asistir a la entrega de este campo, algo que hace años persiguen nuestros hermanos dirigentes de otras instituciones. Y es una inmensa alegría principalmente para nuestra comunidad, es un sueño que se concretó. Yo no tengo palabras, es algo que anhelamos todos, le agradecemos a nuestro gobernador, a los integrantes de la comisión (de adjudicación, un ente creado por la ley 12.086) que tanto esfuerzo pusieron y al intendente de la ciudad de Recreo (Mario Formento)”.

El gobernador Hermes Binner contestó el halago. “Significa un acto de justicia (en referencia a la entrega de tierras), cada vez los sentimos (a los integrantes de la comunidad mocoví) más hermanos, cada vez más santafesinos, integrando esta hermosa provincia, que tiene posibilidades para crecer y avanzar, donde la tierra juega un rol fundamental en el desarrollo de los seres humanos. Estamos convencidos de que éste es un hecho histórico, que hoy comienza y que no termina aquí: hay que tener fe, confianza y esperanza, porque las cosas van a seguir adelante”, dijo el gobernador sobre la experiencia –inédita– que tuvo como epicentro las tierras mocovíes de Recreo.

Ese grado de importancia atribuido a la posesión de la tierra ya había sido expuesto en la apertura de las sesiones ordinarias de la Legislatura, el pasado 1º de mayo. En esa ocasión, el gobernador dedicó un párrafo de su discurso a la cuestión, en forma específica y concreta. “La ausencia de una política de tierras nos ha hecho perder la posibilidad de construir más viviendas, más escuelas, más hospitales, más espacios culturales; en definitiva, nos ha hecho perder muchas oportunidades. Trabajamos entonces en el diseño de una política pública de tierras, consensuada con los gobiernos nacional y municipales, a través de la creación de un Banco de Tierra Urbana y Rural, que nos permitirá contar planificadamente con este recurso básico”, había dicho Binner ante senadores, diputados y los otros invitados.

El Banco de Tierra aún no pasó de los papeles a la realidad. Quizás cuando se materialice el proyecto, casos como los de Fortín Olmos, El Toba o Garabato serán más esporádicos, más ilegales (todavía) y más notorios.

DIALOGAR ES EL CAMINO, DICEN LOS MOCOVÍES. Sobre la entrega de tierras a favor de los mocovíes de Recreo, José Iñet opinó: “Creíamos que la provincia de Santa Fe, que es la última en llegar a reconocer los derechos indígenas, tiene la enorme oportunidad de no cometer los mismos errores que otros cometieron, también creemos que podemos aportarle mucho a esta provincia”.
De la misma forma ancló su discurso en el método usado para llegar a sus objetivos. “Con el diálogo se soluciona todo”. Y le dedicó un párrafo a la consulta popular impulsada en Recreo –y luego suspendida– que buscaba que los habitantes de esa localidad pudieran decidir el destino de las tierras que, por ley, son de los mocovíes. “Estas cosas pasan por desconocimiento. El tiempo pasó para todos y para nosotros también. Nunca es tarde, hay muchas reivindicaciones, posibilidades, esfuerzos que podemos aportar, hay una muy buena predisposición del gobierno actual y de continuar en esa senda acompañaremos cada una de esas cosas sin entrar en guetos culturales”, finalizó Iñet.

RESISTENCIA, ADJUDICACIÓN Y UN AÑO NUEVO EN VÍSPERAS DE LA PRIMAVERA. Con el doble objetivo de reivindicar la memoria de cinco siglos de opresión y celebrar la lucha que derivó en la obtención casi definitiva de las tierras, el pasado fin de semana la comunidad mocoví de Recreo festejó el año 7.410. Su año nuevo. La celebración se efectuó por primera vez en esa ciudad (como debía ser, en el barrio mocoví) y asistieron además de los integrantes de la comunidad, autoridades locales y provinciales.
A contramano del calendario gregoriano, “el año nuevo mocoví tiene que ver con el ciclo de vida de la propia naturaleza, el invierno para nosotros es fin de año, la primavera el nuevo ciclo de vida: lógicas y coherencias diferentes”, explicó Clara Chilcano. Este fue motivo más que suficiente para que representantes de otras etnias aborígenes, provenientes de distintos lugares de la provincia, se acercaran y compartieran el festejo. Las autoridades mocovíes aprovecharon la ocasión y tras dar la bienvenida a los presentes, se mostraron felices por la adjudicación de las 327 hectáreas en la ciudad de Recreo. Explicaron que ellos están abiertos a toda decisión conjunta para “el beneficio de todos” y no sólo para la comunidad mocoví, al hacer referencia al uso de esas tierras.
Por su parte, el intendente Mario Formento no se quedó callado y deslizó: “Se puede seguir trabajando en el proyecto del parque industrial de manera conjunta (con los mocovíes)” y redundó que, a partir de la adjudicación de las tierras, “debemos construir en conjunto”.

Publicado en Pausa #17, 5 de setiembre de 2008.

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