viernes, 26 de septiembre de 2008

Mujeres mercancía


Por Marcela Perticarari

La trata de personas con fines de explotación sexual: un delito que crece. Connivencia policial y judicial, violaciones a los derechos de las mujeres secuestradas y amenazas a sus familiares conforman un panorama que se extiende en nuestro territorio. La provincia prepara un protocolo de intervención.

Aunque se intente mirar hacia el costado, los datos nos pegan en la cara: la provincia de Santa Fe figura en un informe de la Organización Internacional de Migraciones como uno de los principales lugares de captación de niñas y mujeres, y de rutas por donde pasan los tratantes de personas en Argentina. Según este análisis de la OIM, la trata de mujeres crece en el país de la mano de la “connivencia policial y política” y la “escasez de acciones orientadas a investigar y perseguir este delito”. Este fenómeno compromete todo el territorio nacional: hay personas y organizaciones que específicamente se dedican a la venta de mujeres (se paga entre 100 y 5.000 pesos por ellas). La práctica más común de captación es el engaño, pero también está muy extendido el secuestro, particularmente en el noroeste. Literalmente son desaparecidas... en democracia. Misiones fue identificada como el área principal de reclutamiento. Las provincias de destino son Buenos Aires, Córdoba, La Pampa, Entre Ríos, Santa Cruz, Chubut y Tierra del Fuego. De Santa Fe, Mendoza y Entre Ríos provienen los proxenetas más importantes que operan en las redes de trata, algunos de los cuales regentean hasta 30 mujeres que alquilan a distintas whiskerías del país y las van rotando. Puede pasar mucho tiempo hasta que una mujer puede liberarse del proxeneta que la explota y en ciertos casos nunca lo logra.

La macabra realidad de la trata de personas se hace visible sobre todo en el cordón oeste y en el norte de la ciudad de Santa Fe, donde las whiskerías y cabarets están a la vista. Aunque sea ilegal desde 1949, para muchos la prostitución es un negocio como cualquier otro. Pero en definitiva, la prostitución y la trata son dos caras de una misma moneda: es violencia contra las mujeres.
Trata es la captación, recepción, traslado o el transporte de personas con fines de explotación para la prostitución u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud y la extracción de órganos. Puede incluir desaparición forzada y privación ilegítima de la libertad, violación, maltrato, tortura, degradación, amenazas al grupo familiar, exposición a infecciones de transmisión sexual, consumo forzado de drogas, retención de documentación y apropiación indebida de la identidad, embarazos y abortos forzados, sustracción o asesinato de hijos nacidos en cautiverio.

Hay casos emblemáticos como los de la tucumana Marita Verón (desaparecida en 2002) y la paranaense Fernanda Aguirre (la buscan desde 2004), presuntamente atrapadas por redes de prostitución. Tal vez la inconmensurable fuerza de sus madres por encontrarlas vivas mantiene encendida la esperanza de muchas otras y a la vez aporta a esclarecer nuevos casos. También la TV, con la ficción Vidas Robadas, colabora con la causa desde su puesta en pantalla. No menos dramático fue el caso de Romina Gamarra y Cristina Ojeda, dos jóvenes de San Javier que realizaron una denuncia por trata a fines de 2006 y luego la rectificaron por presiones de sus propios captores.

Pero esta realidad no es nueva: en 1927, el periódico santafesino El Orden publicó una serie de notas con el minucioso y doloroso relato de una joven de 20 años que escapó de una red de prostitución luego de ser secuestrada en Barranquitas.

REALIDAD NACIONAL. Los sueños se estrellan contra una pared de abusos que no reconoce a la mujer más que como mercancía. “Soy mujer, no mercadería. Soy persona humana, con sueños, deseos, ideas, capacidades, con creatividad, con recuerdos, metas, defectos, con sentimientos, con fuerza, con rebeldía. Ni de uno ni de todos ni de nadie: soy mía”, dicen desde la asociación civil santafesina Las Diversas.

Distintos sectores afirman que en Argentina la explotación sexual sigue creciendo porque es un país barato para los turistas: hay una ruta interna en el tráfico de mujeres y niñas destinadas a la prostitución y a la servidumbre sexual. En estas redes organizadas hay buscadores y captadores que eligen a sus víctimas. Hacen contactos, tratan de ganar su confianza y la de sus familias, ponen avisos, frecuentan zonas donde hay muchas jóvenes, prometen buenos trabajos, mejores sueldos y estudios. De ese modo captan a las víctimas. Luego viene el viaje –que la víctima deberá pagar o en su defecto contraer una deuda– hacia ese destino ilusorio. Alguien las recibe y las lleva a un lugar para vivir. Como la víctima debe pagar por todo esto, están también los prestamistas que proveen de dinero con altos intereses, y embarcan a la víctima en una deuda que con el tiempo se hace impagable y en la que las jóvenes hipotecan su vida. Así, las mujeres y las niñas son llevadas a un burdel donde se las prepara para el nuevo trabajo, es decir que se las somete a violaciones reiteradas. En general, viven en esas casas-burdeles, están aisladas de la población del lugar, no se comunican con sus familias, reciben malos tratos, abusos, golpes y tortura de toda índole, golpes. A las que no se “disciplinan” se las encadenada en cuevas y se las deja sin comer para evitar su huída. Los traficantes de personas dominan con el terror y las familias suelen estar amenazadas; también evitan que se establezca cualquier tipo de vínculo afectivo que las ayude a liberarse. Por eso se las cambia de lugar y se las lleva de un punto a otro de la república.

LA NUEVA LEY. Aunque parezca increíble, recién en abril de este año la Cámara de Diputados aprobó la norma que penaliza (ley 26.364, de “Prevención y sanción de la trata de personas y asistencia a las víctimas”) el tráfico de personas. Por lo menos fue antes del bicentenario de la Asamblea del Año XIII, que prohibió para siempre (al menos en la dría letra de la ley) la esclavitud en el recientemente emancipado territorio argentino. La norma aprobada este año impone penas de 3 a 15 años a quien capte, traslade y reciba personas con fines de explotación sexual o laboral. Las sanciones se agravan en caso de menores de 18 años. Para los mayores, debe probarse que existió “engaño, violencia o amenazas”.Penaliza la trata de personas con fines de explotación sexual, laboral o para la extracción de órganos. En su momento, los aspectos centrales en debate giraron sobre todo respecto del punto segundo de la ley, que establece que en los casos de explotación sexual de una persona mayor de 18 años tiene que estar probado que no hubo consentimiento por parte de la víctima. Y debe probarse que la persona fue objeto de “engaño, fraude, violencia, amenaza o cualquier medio de intimidación o coerción, abuso de autoridad o de una situación de vulnerabilidad, o pagos”.

Cabe recordar que el Ministerio de Justicia anunció meses atrás la puesta en marcha del Programa Nacional de Prevención y Erradicación de la Trata de Personas y de Asistencia a sus Víctimas, que fue creado el año pasado por decreto presidencial.

Fabiana Túñez, integrante de la ONG feminista La Casa del Encuentro, objetó la ley de trata, “que pretende diferenciar entre víctimas mayores y menores de edad. Para que se constituya delito, las mayores tienen que demostrar que no prestaban consentimiento, y ahí volvemos a victimizar a la víctima. Pero esta ley no toma en cuenta que muchas de las chicas mayores de edad antes fueron menores de edad secuestradas y explotadas. No tiene que haber diferenciación porque todas son víctimas. En segundo lugar, son las penas más bajas de toda América Latina. Sabemos lo que pasa en nuestro país: van a entrar y van a salir por buena conducta, y en algunos casos ni van a entrar porque de 3 a 5 años son delitos excarcelables. En tercer lugar, esta ley no defiende los Derechos Humanos de todas las víctimas, porque no asigna verdaderos recursos para llevar adelante una asistencia integral a las víctimas de trata.

Otro de los puntos que no tiene en cuenta la ley es el hecho de no confiscarles los bienes a los proxenetas, porque sabemos que aun estando presos van a seguir manejando las redes”. Asimismo, diversos sectores sociales piden que tanto la trata comos los femicidios sean declarados delito de lesa humanidad.

EL TRABAJO DE LA PROVINCIA. En la semana se conmemoró el Día Internacional Contra la Explotación Sexual. Por ello, el gobierno provincial advirtió sobre “la dimensión que está adquiriendo la trata de personas con fines de explotación sexual” y llamó a todos los actores sociales a combatir esta grave violación a los derechos humanos.

La defensora del Pueblo adjunta, Liliana Loyola, contó a Pausa que “estamos trabajando activamente en la prevención y concientización, en instalar este delito en el debate de la sociedad santafesina. Hay mucho por hacer porque se estigmatiza a las víctimas y en este sentido debemos desnaturalizar la cuestión. Además estamos capacitando a integrantes del Centro de Asistencia a la Víctima, de las distintas fuerzas de seguridad, del Ministerio de Desarrollo Social y del Inadi. En este sentido trabajamos junto a la Fundación El Otro y estamos preparando un protocolo de intervención que terminaremos en los próximos días, donde cada institución definirá cuál será su rol ante el descubrimiento de un caso de trata”.

La funcionaria insistió en que queda mucho por hacer, más allá de contener a los familiares y a las víctimas: “Las bandas mafiosas y organizadas tienen redes muy fuertes, hay que intervenir con la misma fortaleza para poder perseguir este delito”.

Consultada por las cifras de denuncias recibidas en la Defensoría del Pueblo, Loyola no arriesgó un número exacto y contestó que “siempre recibimos a víctimas de trata aunque antes no se hablaba de eso sino de violencia o de prostitución. A veces llegaban mujeres denunciando violencia familiar y en realidad se trataba de proxenetas que violentaban a las chicas para ejercer la prostitución”. No obstante, reconoció que por semana reciben aproximadamente dos denuncias de trata: “A medida que el tema se instala en la sociedad, la gente se anima más a denunciar”. Por otra parte, informó que también llegan víctimas potenciales a pedir ayuda.

Al momento de evaluar el trabajo conjunto entre el Ejecutivo provincial y el Poder Judicial, Loyola se mostró conforme aunque insistió en que queda mucho trabajo por delante y admitió que la Unidad de Trata de Personas, dependiente de la Policía, debe ser fortalecida. “No hay políticas de asistencia concreta a las víctimas de trata. Y es fundamental que la sociedad civil se ponga de pie, si no se moviliza no se logran cambios profundos”, concluyó.

“NO LAS ESTÁN BUSCANDO”. Paula Heredia y Silvina Sierra, integrantes de la Asociación Civil Las Diversas, están llevando adelante un ciclo itinerante de video-debate con la proyección de Vidas Privadas, un documental de la productora independiente Colectivo Chaya, de Buenos Aires. Durante la última intervención, realizada en barrio San Lorenzo, comentaron que “tomamos la lucha contra la trata de mujeres hace un año, impulsando la campaña nacional e integrando la Red No a la Trata. Nació como inquietud pero también como un compromiso nuestro”. También participaron recientemente en las III Jornadas de Género y Derechos Humanos, realizadas en Tucumán.

“Además de ver en la ciudad muchos prostíbulos impunemente abiertos, Rosario y San Javier son zonas donde está ampliamente difundido el turismo sexual. Acá hay muchos casos, algunas chicas son rescatadas pero lamentablemente la mayor parte no aparece. Y nuestro reclamo es porque no las están buscando. Lo digo porque si una madre desesperada como Susana Trimarco, que haciéndose pasar por madama rescató 159 chicas, ¿cómo el Estado ni la Justicia las encuentran? ¿Será porque no las buscan?”, se preguntó Silvina.

“Ellas no pueden esperar más y hay un gran vacío. Éste es un tema que da rédito político porque nadie está en contra de combatir la trata de personas, y aún así se hace muy poco. Un ejemplo: pedimos a los concejales que controlen la habilitación de ese tipo de locales nocturnos pero nos contestaron que eso no es injerencia de ellos. Hay mucha impunidad y eso va de la mano con la complicidad, incluso dentro del Estado y en los medios de comunicación porque se están habilitando páginas de diarios para que se publiquen avisos clasificados donde se ofrece a las mujeres como objetos. Está naturalizado que se venda a la mujer como una mercancía. Es una cuestión del patriarcado que oprime a la mujer: él paga por un servicio y la mujer tiene que hacer lo que diga el hombre; eso es una manera más de explotar a la mujer”, sentenciaron Las Diversas.

Silvina también apuntó al cliente habitué de la prostitución: “Nunca es detenido y es un factor importante en esto, es un eslabón. Y sin cliente no hay trata”, definió.

Según Paula Heredia, “hay un vacío en cuanto a la trata. Queremos que el municipio controle los locales que se habilitan, que la policía tome las denuncias de desaparición y pedidos de paradero. El Estado no sólo tiene que encargarse de realizar campañas de sensibilización sino que también debe poner todos sus recursos y su estructura para dar protección a víctimas y familiares”.
Santa Rosa, Barranquitas, Chalet y Los Hornos. Desde esos barrios de Santa Fe se efectúan la mayoría de las denuncias que reciben Silvina y Paula, tanto por teléfono como mediante e-mails: “Nos cuentan que estas mafias pasan en autos lujosos y las raptan. Muchas veces nos dicen que no confían en la policía porque está involucrada en las redes de trata. Nosotros vemos como válido que hagan denuncias anónimas, pero a nivel jurídico y legal nosotras nos encontramos con muchas trabas para iniciar una investigación”, lamentó Paula Heredia.

DATOS EN FALTA. La abogada Mariana Herz integra junto a un grupo de investigadores de la UNL un proyecto sobre sustracción internacional de niños, que ya se encuentra en su etapa final. Durante los casi tres años en los trabajaron, el grupo se interesó particularmente en la trata de personas, por lo cual se presentó un nuevo proyecto que, de aprobarse, comenzará a desarrollarse en enero de 2009. “Específicamente está orientado a niños y niñas como sector más vulnerable, pero también involucra a mujeres, no solamente en cuanto a la explotación sexual con fines comerciales, sino también comerciales y ablación de órganos, es decir con todas las finalidades paralelas que tiene la trata”, informó Herz.

Al elaborar los informes preliminares del proyecto, los investigadores encontraron su primer escollo: “Los datos que hay en el país son prácticamente insignificantes porque son aislados y fragmentarios. No hay un sistema uniforme de generación de datos que den certeza y transparencia sobre el modo en el que se han obtenido, entonces no podemos ver cómo evoluciona el problema. Los pocos datos que hay son ofrecidos por la OIM y Unicef, pero son organizaciones que no dependen del gobierno. En la provincia, los datos que existen también son escasísimos y los pocos que hay son de la ciudad de Rosario. De la ciudad de Santa Fe no hay nada de nada y sin embargo sabemos por los medios que este problema es real y existe. Así no se pueden hacer diagnósticos”.

La abogada agregó: “Argentina tiene datos críticos que fueron brindados por la Secretaría de Estado del gobierno norteamericano. Cada año, esa dependencia elabora un informe sobre los países que firmaron los protocolos adicionales a la Convención Palermo. De las tres categorías que se distinguen, nuestro país se encuentra en el medio –la 1 es la óptima y ahí se incluyen los países del primer mundo que cuentan con políticas específicas de lucha contra la trata–. Estar en el segundo nivel por tres años consecutivos, implica que nuestro gobierno nacional en todo este tiempo no ha adoptado medidas conducentes como para minimizar el problema. La ley sancionada en abril es más bien de carácter punitivo, pero en lo que respecta a prevención y reinserción de víctimas a la sociedad prácticamente no hay nada”.

LAS VARIABLES DE LA TRATA. Liliana Mizrahi, psicóloga clínica especializada en psicoterapias de adultos y adolescentes, opinó que las variables que hacen a esta realidad son la pobreza, el desamparo, el desarraigo, la impunidad con que operan la redes, la ignorancia, la violencia familiar, la búsqueda de salida de tanta miseria y hambre, la orfandad, el vacío legal y las complicidades entretejidas que la convierten en red.

“Temas, como el tráfico de personas no tienen lugar, no existen, salvo como ficción en los medios de comunicación”, se lamentó.

MADRE Y EMBLEMA. Susana Trimarco, madre de Marita Verón, pasó por Santa Fe en agosto para brindar charlas sobre la problemática y volvió a denunciar connivencia entre la policía y el poder judicial. También habló de su situación personal, confesó que “vivo permanentemente hostigada por los mafiosos. Me quisieron matar, intentaron atropellarme con un auto, me mandan mensajes de texto amenazándome de muerte y diciendo que van a transformar en prostituta a mi nieta (hija de Marita). Ellos saben mis movimientos. Cuando me bajo del avión en Buenos Aires recibo mensajes advirtiéndome sobre posibles accidentes. Yo no les tengo miedo porque con miedo no se llega a la verdad”.

Más data
La trata de personas se encuentra entre los tres negocios ilícitos más rentables, junto al tráfico de armas y de drogas
A nivel mundial, se estima que 4 millones de mujeres y niñas son explotadas sexualmente por redes
Según Naciones Unidas este tipo de mafias mueven anualmente entre 8 y 9 billones de dólares
La trata sexual de personas en Argentina registró 47 causas penales durante 2007: 30% correspondieron a menores de edad y el 60% son mujeres
En nuestro país hay más de 600 mujeres desaparecidas, presuntamente secuestradas para ejercer la prostitución
En 2000 se elaboró el Protocolo de Palermo “para prevenir, reprimir y sancionar la Trata de Personas, especialmente mujeres y niños”
Una ley federal sancionada en abril de este año tipifica el delito de trata.
El Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos creó recientemente la Oficina de Rescate y Acompañamiento de las Personas Damnificados por el Delito de Trata. Estará integrada por un equipo interdisciplinario, conformado por las divisiones específicas de las fuerzas de seguridad, psicólogos, trabajadores sociales y abogados
La Defensoría del Pueblo de Santa Fe recibe dos denuncias semanales por trata
El único refugio para mujeres rescatadas que fueron víctimas de trata está en Tucumán y depende de la Fundación María de los Ángeles Verón.

Publicado en Pausa #20, 26 de setiembre de 2008.
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