Aedes aegypti, el mosquito más temido, se expande por todo el país.
Junto a la Gripe A, el dengue se lleva los laureles a la hora de recordar qué enfermedades persiguieron y sugestionaron masivamente a los argentinos a lo largo de 2009.
Durante la emergencia a nivel nacional por los repetidos casos de dengue, los especialistas informaron acerca del papel clave que puede jugar la sociedad para evitar que se extienda la epidemia.
Durante el pico de mayor difusión de la enfermedad y su agente transmisor –el mosquito Aedes aegypti– el director nacional de Prevención de Enfermedades, Hugo Fernández, estimó que “por cada caso reportado podría haber entre cinco y diez casos no reportados”. Para ese entonces, el insecto ya había superado el paralelo 35 de latitud sur, su límite histórico, llegando a la provincia de Buenos Aires, como antes había hecho lo propio en Catamarca, Chaco, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Misiones, Salta, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán. En este contexto, la fundación ecologista local Proteger llamó a los medios de comunicación a que “aprovechen su enorme poder” para ayudar a frenar la expansión de los brotes.
El dengue, hay que recordarlo, no se pasa de persona a persona: la transmisión ocurre cuando un mosquito pica a una persona infectada y después a otra no infectada. El mosquito vive en el agua clara, que parece limpia y se junta en gomas, tachos, aljibes, cacharros, chapas acanaladas, tanques sin tapa, floreros y otros recipientes. El agua acumulada en las lonas de los camiones transporta el mosquito y la larva de una zona con epidemia a otra que aún no la tiene. En las aguas turbias, marrones u oscuras no vive el mosquito (esteros, cañadas, zanjas o represas). El mosquito que transmite el dengue pica sólo de día. Matando al mosquito se acaba el contagio de la enfermedad. Perros, gatos y demás animales domésticos no transmiten la enfermedad. Los síntomas se manifiestan en una gripe muy fuerte con mucho dolor de huesos.
La directora de la Organización Panamericana de la Salud, Mirta Roses Periago, indicó que el dengue “no es sólo una responsabilidad del sector de la salud, sino que para combatirlo se requiere un enfoque integrado y multidisciplinario, incluyendo municipios y el apoyo fuerte de los medios de difusión con mensajes de prevención y educación claros y precisos. Los servicios públicos de salud deben garantizar el tratamiento oportuno, no ocuparse de la prevención domiciliaria”.
Si bien los especialistas vienen advirtiendo desde hace más de dos décadas sobre lo importante que es manejar información precisa para prevenir el dengue, la crisis que se desató en el centro-norte argentino parece contradecir ese saber básico. Asimismo, en las décadas del ‘50 y del ‘60 las campañas continentales de erradicación lograron combatir el vector y la Argentina se declaró libre del Aedes.
Pero el abandono de las campañas hizo que el mosquito proliferara nuevamente en los sitios de donde había sido eliminado.
Además, las campañas que se habían realizado no fueron acompañadas de políticas de saneamiento del medio ni por campañas educativas sostenidas en el tiempo de manera de generar nuevos hábitos en la gente.
sábado, 26 de diciembre de 2009
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