sábado, 26 de diciembre de 2009

La epidemia de los negocios

La pandemia internacional causada por el virus H1N1, conocido como Gripe A, rebotó fuerte en el país y la provincia.

Cuando la Gripe A comenzó a ser noticia internacional, todavía no había invadido suelo argentino. El 15 de junio, cuatro días después de que la Organización Mundial de la Salud declarara la pandemia, se conoció la primera víctima fatal en el país. “Sin emergencia sanitaria, habrá más muertes”, anunciaron. Los datos más recientes indican que hubo11.234 casos positivos, con un saldo de 613 personas fallecidas; el número de víctimas fatales a nivel mundial ascendió a 7.826 con picos en América del Norte, el Caribe y Europa. En América latina, incluida la Argentina, murieron más personas por gripe común: cerca de 3.500.

La Gripe A es una enfermedad de las vías respiratorias causada por un virus H1N1 muy contagioso y mutante, que afecta a personas de todas las edades y suele causar complicaciones graves e incluso la muerte en niños y ancianos.

Al momento de declarar como pandemia moderada a la enfermedad, la OMS expresó su preocupación por los casos graves y las muertes que se estaban registrando, tanto en individuos sanos como en personas con problemas de salud preexistentes y en mujeres embarazadas. Sin embargo, la mayoría de los afectados se recuperaban de la infección sin necesidad de hospitalización ni de atención médica. La gravedad de la enfermedad causada por el virus H1N1 fue similar a la observada en los períodos de gripe estacional, aunque se registró una mayor actividad de la enfermedad en algunas zonas e instituciones.

A pesar de la gravedad del problema, a mediados de año las elecciones legislativas del 28 de junio coparon gran parte del espacio en los medios. Luego, hubo mensajes cruzados que confundieron a la población, que se abasteció de barbijos, alcohol en gel y pastillas a mansalva, sin saber si servían para protegerse eficazmente.

Tras el fracaso de la primera reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa) con la debilitada ministra de Salud Graciela Ocaña, el gobierno nacional trazó políticas articuladas con las provincias en torno al tratamiento de la enfermedad. Luego de asumir en la cartera de Salud, Juan Manzur logró unificar criterios en el abordaje de la pandemia y coordinar acciones con los ministerios sanitarios de cada provincia, para afrontar la enfermedad a través de una comunicación más clara.

Por su parte, el ex ministro Ginés González García informó que cada año mueren entre 2.000 y 3.000 personas por complicaciones de la gripe común, por lo que las personas reportadas hasta el momento no debían sorprender.

Santa Fe fue la segunda provincia con más casos de contagios registrados en el país, y aquí también se percibió una psicosis generalizada como la que mostraron los medios en el resto del país. Ante esta situación, las autoridades buscaron profundizar las campañas de difusión e información sobre la situación. En relación con los análisis para confirmar o desechar la afección por el virus H1N1, que en el país sólo se realizan en el Instituto Nacional Carlos Malbrán, el gobierno santafesino invirtió 33.000 dólares para implementar y desarrollar la técnica conocida como PCR Real Time en el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario. Esto posibilitó que a partir del 1° de julio se puedan realizar en la provincia los estudios para determinar los casos positivos de Gripe A.

Si bien la actividad se vio prácticamente paralizada tanto en escuelas como en ámbitos públicos, no se decidió el cierre de comercios ni establecimientos privados. No obstante, los centros comerciales, los empresarios del transporte de media y larga distancia y los gastronómicos advirtieron una visible disminución de su actividad durante los meses pico: junio y julio. El sector hotelero también se vio afectado y se registró una caída de más del 50% en la ocupación de las plazas disponibles. En cuanto a los rubros que aumentaron su actividad se encuentran los productos de limpieza, fabricantes de barbijos, pañuelos descartables y alcohol en gel. Las farmacias incrementaron sus ventas: la venta de alcohol en gel se sextuplicó y los precios aumentaron en un 70%. Lo mismo ocurrió con los antivirales como el Tamiflú: cuando el medicamento se agotó en las farmacias argentinas comenzaron a importarlo de Uruguay y Chile.

La existencia del nuevo virus se conoció masivamente en el mundo en abril de este año, cuando se detectaron los primeros casos positivos en México. De inmediato, varios países suspendieron sus viajes y vuelos para evitar la propagación del virus. Sin embargo, el H1N1 se expandió hasta provocar que la OMS declarara la pandemia con fase 6 de alerta, lo que calificó la gravedad general de la gripe como moderada. “La pandemia debe poner a las autoridades nacionales en marcha para ejecutar los planes de preparación, identificar los casos con la mayor eficacia posible y reducir al mínimo los casos mortales y de enfermedad grave gracias a un tratamiento adecuado”, señaló la OMS.

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