Una patria de soja transgénica sin estómago ni testículos: rounduplandia resiste los informes de los científicos.
El fallo judicial que ratificó el recurso de amparo de los vecinos de San Jorge, por el que se disponen nuevos límites a las fumigaciones aéreas y terrestres, fue celebrado por los grupos ecologistas que vienen trabajando sobre la cuestión y por los sectores políticos que acompañan sus reclamos. La Justicia fijó en 800 metros, respecto de las poblaciones, la distancia obligatoria que se deberá respetar para la aplicación de agroquímicos vía terrestre –con los llamados “mosquitos”– y en 1.500 metros el límite para las fumigaciones aéreas. El fallo de la Cámara de Apelaciones N° 2 de Santa Fe, fechado el 9 de diciembre, ratificó lo decidido en primera instancia por el juez Tristán Martínez ante un recurso presentado por vecinos de San Jorge –departamento San Martín– en abril; en la sentencia se establece que hay evidencias sobre las “consecuencias severas para la salud” de los afectados directos y de sus hijos.
La aparición de enfermedades desconocidas, el aumento de casos de cáncer y abortos, la multiplicación de enfermedades respiratorias constituyen un escenario nuevo, visible en los últimos años. Desde la introducción de la soja RR –resistente al Round Up– en 1996, la producción, la venta y la aplicación de agroquímicos creció de un modo previsible si se atienden las distintas variables: por un lado, la expansión de la superficie cultivada con soja, hoy estimada en 19 millones de hectáreas en todo el país; por el otro, la modificación de los hábitos de uso. En 1989 se vendieron unos 30 millones de litros de plaguicidas; en 2006, 236 millones. En 1989 se aplicaban dos litros por hectárea al año; en 2006, tres litros y medio. El preferido, Roundup: un plaguicida a base de glifosato el más vendido en el país.
“Tras diez años de expansión, el lado más oscuro del boom sojero se está haciendo notar”, señalaron tras el fallo la diputada kirchnerista Claudia Saldaña y los ambientalistas del Cepronat (Centro de Protección a la Naturaleza). El Cepronat acompañó la medida judicial de San Jorge y organizó en paralelo la campaña “Paren de fumigar”, con la que recorrieron la provincia promoviendo el activismo –y en particular la vía judicial– contra las fumigaciones indiscriminadas. Los fundamentos del fallo de Cámara incluyen citas de casos puntuales registrados en los pueblos fumigados y hace hincapié en los daños colaterales de un modelo que se aplica en una amplia región del país y que tiene epicentro en la provincia de Santa Fe. Una provincia en la que los casos de cáncer gástricos y de testículos triplican la media nacional.
Recientes ensayos de laboratorio realizados en la Universidad Nacional del Litoral (UNL) demostraron la toxicidad del glifosato en organismos acuáticos. Los investigadores probaron que puede afectar la fecundidad de microcrustáceos que componen la base de la cadena trófica. El herbicida no afecta su sobrevivencia, pero sí el recambio generacional.
Otra investigación, del grupo de Medio Ambiente del Intec (UNL-Conicet), detectó restos de glifosato en milanesas de soja e incluso residuos de endosulfán en aceites. “Se encontró glifosato en las milanesas secas, aunque no en cantidades altas, pero significa que luego de los procesos industriales se siguen hallando residuos. También se trabajó en aceites y allí había residuos de endosulfán”, dijeron los investigadores, que lograron demostrar que las sustancias permanecen en los granos maduros y verdes, y aún en alimentos ya procesados, aunque en cantidades permitidas. Además, en el suelo usado para la siembra, lo que contamina las capas freáticas.
El equipo también realizó pruebas en alimentos a base de soja para ver si los tóxicos permanecían después de toda la elaboración. Analizaron tofu –una especie de queso–, leche de soja y milanesas húmedos y secos. Encontraron residuos de glifosato en las milanesas secas que se venden en supermercados y despensas.
A principios de año, un estudio del investigador del Conicet Andrés Carrasco había encendido la mecha. El Laboratorio de Embriología Molecular del Conicet comprobó que con dosis hasta 1.500 veces inferiores a las utilizadas en las fumigaciones sojeras se producen trastornos intestinales y cardíacos, malformaciones y alteraciones neuronales. Esa investigación sirvió como fundamento para que la Asociación de Abogados Ambientalistas lleve el tema a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, donde pidieron la suspensión de la venta y de la aplicación de glifosato en todo el país.
El pedido no prosperó, pero a lo largo del año se sucedieron las investigaciones científicas.
sábado, 26 de diciembre de 2009
La lluvia no vuelve hacia arriba
Ampliar y mejorar el sistema de desagües aparece como una de las principales materias pendientes de la ciudad.
Las precipitaciones de octubre y de noviembre fueron motivo de nerviosismo en los santafesinos. Casas del oeste y zonas que desconocían el fenómeno se anegaron, generando disgusto, angustia y pérdidas en los más afectados.
Al momento de escuchar las posibles soluciones no recibieron ninguna tranquilidad porque, según el intendente Mario Barletta, para que la ciudad no se inunde más “hacen falta 1.000 millones de pesos”. No sólo las casas se vieron complicadas sino también el tránsito de vehículos; el agua cubrió las calles y trasladarse en cualquier vehículo resultaba perjudicial para propios y extraños.
Una de las declaraciones del intendente, refutada por los vecinos, fue: “en términos generales, el sistema funcionó sobre todo en las estaciones de bombeos y reservorios”. El mandatario dividió la cuestión en dos: “Hay un proyecto del Instituto Nacional del Agua (INA), que demandaría 1.000 millones de pesos. A este proyecto hay que pensarlo en un mediano y largo plazo porque es muy costoso. El otro problema es circunstancial, y tiene que ver con la basura que hace que algunos barrios se aneguen en una lluvia y otros no”.
En una visita a los concejales, el secretario de Obras Públicas, Roberto Porta dijo: “se destinaron 157 millones de pesos en dos años de gestión”. También incluyó a las obras gestionadas con la subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación, como la continuidad de los desagües Lavaisse y Entre Ríos y la ampliación de alcantarillas, esto es el trasvase de reservorios y las estaciones de bombeo”.
El intendente anunció también que la ayuda nacional estaría en camino, ya que confirmó la Nación enviará fondos para la culminación de los desagües Lavaisse y Entre Ríos, y la concreción del desagüe Llerena –desde General Paz hasta la Laguna Setúbal–, obras a las que les falta el 30% de ejecución. Se trata de 7 millones de pesos y una promesa de girar más de 20 millones para avanzar en otra serie de obras.
“Una vez concluidos, las obras aliviarían en gran medida los anegamientos por lluvias en barrios del oeste y del norte de la ciudad. Por un lado, sanearían integralmente toda la cuenca Entre Ríos, sobre todo en San Lorenzo, Chalet y Arenales. En tanto, la conclusión del desagüe en la cuenca Lavaisse disminuiría la acumulación de agua en Aristóbulo del Valle, Facundo Zuviría y Lavaisse”, afirmó un parte oficial.
También Porta habló de la ampliación de las alcantarillas sobre la avenida Circunvalación: “la administración anterior proyectó los desagües troncales para conducir un volumen importante de agua desde el centro de la ciudad hasta los reservorios; no tuvo en cuenta que la circunvalación hacía un dique. Por lo tanto, aunque estén los desagües troncales, si no hay un trasvaso de agua a través de la Circunvalación, no sirve de nada”.
Las precipitaciones de octubre y de noviembre fueron motivo de nerviosismo en los santafesinos. Casas del oeste y zonas que desconocían el fenómeno se anegaron, generando disgusto, angustia y pérdidas en los más afectados.
Al momento de escuchar las posibles soluciones no recibieron ninguna tranquilidad porque, según el intendente Mario Barletta, para que la ciudad no se inunde más “hacen falta 1.000 millones de pesos”. No sólo las casas se vieron complicadas sino también el tránsito de vehículos; el agua cubrió las calles y trasladarse en cualquier vehículo resultaba perjudicial para propios y extraños.
Una de las declaraciones del intendente, refutada por los vecinos, fue: “en términos generales, el sistema funcionó sobre todo en las estaciones de bombeos y reservorios”. El mandatario dividió la cuestión en dos: “Hay un proyecto del Instituto Nacional del Agua (INA), que demandaría 1.000 millones de pesos. A este proyecto hay que pensarlo en un mediano y largo plazo porque es muy costoso. El otro problema es circunstancial, y tiene que ver con la basura que hace que algunos barrios se aneguen en una lluvia y otros no”.
En una visita a los concejales, el secretario de Obras Públicas, Roberto Porta dijo: “se destinaron 157 millones de pesos en dos años de gestión”. También incluyó a las obras gestionadas con la subsecretaría de Recursos Hídricos de la Nación, como la continuidad de los desagües Lavaisse y Entre Ríos y la ampliación de alcantarillas, esto es el trasvase de reservorios y las estaciones de bombeo”.
El intendente anunció también que la ayuda nacional estaría en camino, ya que confirmó la Nación enviará fondos para la culminación de los desagües Lavaisse y Entre Ríos, y la concreción del desagüe Llerena –desde General Paz hasta la Laguna Setúbal–, obras a las que les falta el 30% de ejecución. Se trata de 7 millones de pesos y una promesa de girar más de 20 millones para avanzar en otra serie de obras.
“Una vez concluidos, las obras aliviarían en gran medida los anegamientos por lluvias en barrios del oeste y del norte de la ciudad. Por un lado, sanearían integralmente toda la cuenca Entre Ríos, sobre todo en San Lorenzo, Chalet y Arenales. En tanto, la conclusión del desagüe en la cuenca Lavaisse disminuiría la acumulación de agua en Aristóbulo del Valle, Facundo Zuviría y Lavaisse”, afirmó un parte oficial.
También Porta habló de la ampliación de las alcantarillas sobre la avenida Circunvalación: “la administración anterior proyectó los desagües troncales para conducir un volumen importante de agua desde el centro de la ciudad hasta los reservorios; no tuvo en cuenta que la circunvalación hacía un dique. Por lo tanto, aunque estén los desagües troncales, si no hay un trasvaso de agua a través de la Circunvalación, no sirve de nada”.
Educación sexual, a marzo
La puesta en marcha de la ley recibió duras críticas de la Iglesia.
A mitad de año se reeditó el debate en torno a la implementación de la educación sexual y prevención de Sida en las escuelas, con motivo de la presentación de un manual de educación sexual impulsado desde el Ministerio de Educación de la Nación. Los preceptos fueron elaborados para que los docentes logren abordar contenidos a fin de construir una sexualidad plena, sana y responsable. La voz eclesiástica se alzó y el obispo de La Plata, Héctor Aguer, presidente de la Comisión de Educación del Episcopado y admirador de Hugo Wast, objetó los contenidos por “neomarxistas” y “reduccionistas”, sobreponiendo argumentos religiosos por sobre los científicos. Las críticas fueron realizadas al momento de asumir Alberto Sileoni como ministro de Educación.
Desde Ctera, Stella Maldonado dijo que “la información y la formación que las escuelas deben brindar a los estudiantes en materia de derechos sexuales y reproductivos debe ser científica y respetuosa de la diversidad incluyendo, por supuesto, la diversidad de creencias religiosas”. Y replicó: “causa espanto este ataque burdo a una política pública”, mientras recordaba el prontuario eclesial en la figuras de Julio Grassi y Christian Von Wernich, condenados por abuso sexual y crímenes de lesa humanidad respectivamente.
Sileoni también respondió a Aguer. Tras explicar que el material “promueve valores y no una mera genitalidad”, advirtió que el Estado “tiene la obligación de hacer cumplir la ley” de Educación Sexual en las escuelas. El titular de Educación aclaró que las críticas de Aguer se dirigen a un documento del Ministerio que no llega a las escuelas ya que se trata de un material “que se ha usado para algunas capacitaciones docentes” y contiene una serie de textos “con enfoques distintos”.
Con la educación sexual, el Estado tiene tres preocupaciones centrales: el abuso infantil, que está creciendo; el embarazo no deseado y las enfermedades de transmisión sexual. Así, los contenidos promovidos por el Ministerio están enfocados principalmente a estas tres problemáticas, pero también apuntan “al respeto hacia el otro, al amor”. “Nosotros queremos centrarnos en esos temas, desde el nivel inicial hasta el nivel superior”, dijo Sileoni al remarcar que “nadie puede negar la virtuosidad del preservativo para prevenir enfermedades”.
El texto de la Ley de Educación Sexual Nº 26.150, sancionada en octubre de 2006, fue ampliamente debatido por una gran cantidad de organizaciones de derechos humanos, de salud, de defensa de los derechos de la infancia, de igualdad de género, sindicatos docentes, académicas, etcétera. Establece como educación sexual integral “la que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos”. Su articulado propone objetivos y acciones encaminados a garantizar derechos consagrados en la normativa vigente del país y en los pactos internacionales de Derechos Humanos suscriptos por la República Argentina e incluidos en la Reforma Constitucional de 1994.
En Santa Fe, a lo largo del año pero sobre todo en la segunda mitad, el área específica del Ministerio que trabaja sobre el tema se dedicó a capacitar a los docentes de cara al nuevo desafío: convertir el complejo tema en un contenido más para que los chicos aprendan en el aula lo que no siempre pueden aprender en la casa.
A mitad de año se reeditó el debate en torno a la implementación de la educación sexual y prevención de Sida en las escuelas, con motivo de la presentación de un manual de educación sexual impulsado desde el Ministerio de Educación de la Nación. Los preceptos fueron elaborados para que los docentes logren abordar contenidos a fin de construir una sexualidad plena, sana y responsable. La voz eclesiástica se alzó y el obispo de La Plata, Héctor Aguer, presidente de la Comisión de Educación del Episcopado y admirador de Hugo Wast, objetó los contenidos por “neomarxistas” y “reduccionistas”, sobreponiendo argumentos religiosos por sobre los científicos. Las críticas fueron realizadas al momento de asumir Alberto Sileoni como ministro de Educación.
Desde Ctera, Stella Maldonado dijo que “la información y la formación que las escuelas deben brindar a los estudiantes en materia de derechos sexuales y reproductivos debe ser científica y respetuosa de la diversidad incluyendo, por supuesto, la diversidad de creencias religiosas”. Y replicó: “causa espanto este ataque burdo a una política pública”, mientras recordaba el prontuario eclesial en la figuras de Julio Grassi y Christian Von Wernich, condenados por abuso sexual y crímenes de lesa humanidad respectivamente.
Sileoni también respondió a Aguer. Tras explicar que el material “promueve valores y no una mera genitalidad”, advirtió que el Estado “tiene la obligación de hacer cumplir la ley” de Educación Sexual en las escuelas. El titular de Educación aclaró que las críticas de Aguer se dirigen a un documento del Ministerio que no llega a las escuelas ya que se trata de un material “que se ha usado para algunas capacitaciones docentes” y contiene una serie de textos “con enfoques distintos”.
Con la educación sexual, el Estado tiene tres preocupaciones centrales: el abuso infantil, que está creciendo; el embarazo no deseado y las enfermedades de transmisión sexual. Así, los contenidos promovidos por el Ministerio están enfocados principalmente a estas tres problemáticas, pero también apuntan “al respeto hacia el otro, al amor”. “Nosotros queremos centrarnos en esos temas, desde el nivel inicial hasta el nivel superior”, dijo Sileoni al remarcar que “nadie puede negar la virtuosidad del preservativo para prevenir enfermedades”.
El texto de la Ley de Educación Sexual Nº 26.150, sancionada en octubre de 2006, fue ampliamente debatido por una gran cantidad de organizaciones de derechos humanos, de salud, de defensa de los derechos de la infancia, de igualdad de género, sindicatos docentes, académicas, etcétera. Establece como educación sexual integral “la que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos”. Su articulado propone objetivos y acciones encaminados a garantizar derechos consagrados en la normativa vigente del país y en los pactos internacionales de Derechos Humanos suscriptos por la República Argentina e incluidos en la Reforma Constitucional de 1994.
En Santa Fe, a lo largo del año pero sobre todo en la segunda mitad, el área específica del Ministerio que trabaja sobre el tema se dedicó a capacitar a los docentes de cara al nuevo desafío: convertir el complejo tema en un contenido más para que los chicos aprendan en el aula lo que no siempre pueden aprender en la casa.
Con miedo al amor
El Senado volvió a cajonear la unión civil.
En la provincia hay cerca de 200 mil gays y lesbianas que prácticamente no tienen ningún tipo de derecho. Esa fue la sentencia de distintas agrupaciones que representan al colectivo LGBTT, quienes siguieron insistiendo durante 2009 para obtener la sanción definitiva del proyecto de ley de Unión civil, que ya tenía el visto bueno de Diputados tras la pérdida de estado parlamentario el año pasado. Otra vez, el año pasa sin novedad. “Es importante que los senadores nos escuchen, que sepan que éste es un tema de justicia social. Hay que ser claros: este proyecto de ley es para todo tipo de parejas más allá de su orientación sexual. Me parece que en estos momentos de crisis por los que atravesamos es necesario algún tipo de cobertura para aquellas personas que por el amor y por el afecto están juntas. Esta no es una provincia confesional, entonces este proyecto de ley no tiene nada que ver con el sacramento del matrimonio. Los legisladores pueden llegar a estar apesadumbrados por su conciencia católica, pero esta ley no viola ningún sacramento sino que se reconoce a las parejas la convivencia”, dijo Guillermo Lovagnini, de Vox Rosario.
A diferencia del matrimonio, la pareja conformada a partir de la unión civil no puede adoptar hijos o heredarse mutuamente en caso de muerte del compañero. Tampoco se ve afectada la situación patrimonial de los contrayentes. Para disolver esta relación, basta con que uno de los miembros de la pareja presente en el Registro Civil un pedido de disolución de la unión. En distintos puntos del país, la ley de Unión Civil fue impulsada por la Comunidad Homosexual Argentina (CHA).
El camino por los derechos del colectivo LGBTT no es un lecho de rosas: el senador José Baucero no coincide con la unión de dos personas del mismo sexo porque “queremos resguardar la consolidación de la familia, que para mi la conforman un hombre y una mujer y sus hijos. No quiero discriminar por el hecho de que dos personas del mismo sexo convivan bajo el mismo techo, pero tampoco podemos mirar para otro lado porque existen, están en Santa Fe y en cualquier otro lugar del mundo”, opinó el representante de San Javier. Otro año termina y los senadores siguen acordando en no ponerse de acuerdo.
En la provincia hay cerca de 200 mil gays y lesbianas que prácticamente no tienen ningún tipo de derecho. Esa fue la sentencia de distintas agrupaciones que representan al colectivo LGBTT, quienes siguieron insistiendo durante 2009 para obtener la sanción definitiva del proyecto de ley de Unión civil, que ya tenía el visto bueno de Diputados tras la pérdida de estado parlamentario el año pasado. Otra vez, el año pasa sin novedad. “Es importante que los senadores nos escuchen, que sepan que éste es un tema de justicia social. Hay que ser claros: este proyecto de ley es para todo tipo de parejas más allá de su orientación sexual. Me parece que en estos momentos de crisis por los que atravesamos es necesario algún tipo de cobertura para aquellas personas que por el amor y por el afecto están juntas. Esta no es una provincia confesional, entonces este proyecto de ley no tiene nada que ver con el sacramento del matrimonio. Los legisladores pueden llegar a estar apesadumbrados por su conciencia católica, pero esta ley no viola ningún sacramento sino que se reconoce a las parejas la convivencia”, dijo Guillermo Lovagnini, de Vox Rosario.
A diferencia del matrimonio, la pareja conformada a partir de la unión civil no puede adoptar hijos o heredarse mutuamente en caso de muerte del compañero. Tampoco se ve afectada la situación patrimonial de los contrayentes. Para disolver esta relación, basta con que uno de los miembros de la pareja presente en el Registro Civil un pedido de disolución de la unión. En distintos puntos del país, la ley de Unión Civil fue impulsada por la Comunidad Homosexual Argentina (CHA).
El camino por los derechos del colectivo LGBTT no es un lecho de rosas: el senador José Baucero no coincide con la unión de dos personas del mismo sexo porque “queremos resguardar la consolidación de la familia, que para mi la conforman un hombre y una mujer y sus hijos. No quiero discriminar por el hecho de que dos personas del mismo sexo convivan bajo el mismo techo, pero tampoco podemos mirar para otro lado porque existen, están en Santa Fe y en cualquier otro lugar del mundo”, opinó el representante de San Javier. Otro año termina y los senadores siguen acordando en no ponerse de acuerdo.
La epidemia de los negocios
La pandemia internacional causada por el virus H1N1, conocido como Gripe A, rebotó fuerte en el país y la provincia.
Cuando la Gripe A comenzó a ser noticia internacional, todavía no había invadido suelo argentino. El 15 de junio, cuatro días después de que la Organización Mundial de la Salud declarara la pandemia, se conoció la primera víctima fatal en el país. “Sin emergencia sanitaria, habrá más muertes”, anunciaron. Los datos más recientes indican que hubo11.234 casos positivos, con un saldo de 613 personas fallecidas; el número de víctimas fatales a nivel mundial ascendió a 7.826 con picos en América del Norte, el Caribe y Europa. En América latina, incluida la Argentina, murieron más personas por gripe común: cerca de 3.500.
La Gripe A es una enfermedad de las vías respiratorias causada por un virus H1N1 muy contagioso y mutante, que afecta a personas de todas las edades y suele causar complicaciones graves e incluso la muerte en niños y ancianos.
Al momento de declarar como pandemia moderada a la enfermedad, la OMS expresó su preocupación por los casos graves y las muertes que se estaban registrando, tanto en individuos sanos como en personas con problemas de salud preexistentes y en mujeres embarazadas. Sin embargo, la mayoría de los afectados se recuperaban de la infección sin necesidad de hospitalización ni de atención médica. La gravedad de la enfermedad causada por el virus H1N1 fue similar a la observada en los períodos de gripe estacional, aunque se registró una mayor actividad de la enfermedad en algunas zonas e instituciones.
A pesar de la gravedad del problema, a mediados de año las elecciones legislativas del 28 de junio coparon gran parte del espacio en los medios. Luego, hubo mensajes cruzados que confundieron a la población, que se abasteció de barbijos, alcohol en gel y pastillas a mansalva, sin saber si servían para protegerse eficazmente.
Tras el fracaso de la primera reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa) con la debilitada ministra de Salud Graciela Ocaña, el gobierno nacional trazó políticas articuladas con las provincias en torno al tratamiento de la enfermedad. Luego de asumir en la cartera de Salud, Juan Manzur logró unificar criterios en el abordaje de la pandemia y coordinar acciones con los ministerios sanitarios de cada provincia, para afrontar la enfermedad a través de una comunicación más clara.
Por su parte, el ex ministro Ginés González García informó que cada año mueren entre 2.000 y 3.000 personas por complicaciones de la gripe común, por lo que las personas reportadas hasta el momento no debían sorprender.
Santa Fe fue la segunda provincia con más casos de contagios registrados en el país, y aquí también se percibió una psicosis generalizada como la que mostraron los medios en el resto del país. Ante esta situación, las autoridades buscaron profundizar las campañas de difusión e información sobre la situación. En relación con los análisis para confirmar o desechar la afección por el virus H1N1, que en el país sólo se realizan en el Instituto Nacional Carlos Malbrán, el gobierno santafesino invirtió 33.000 dólares para implementar y desarrollar la técnica conocida como PCR Real Time en el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario. Esto posibilitó que a partir del 1° de julio se puedan realizar en la provincia los estudios para determinar los casos positivos de Gripe A.
Si bien la actividad se vio prácticamente paralizada tanto en escuelas como en ámbitos públicos, no se decidió el cierre de comercios ni establecimientos privados. No obstante, los centros comerciales, los empresarios del transporte de media y larga distancia y los gastronómicos advirtieron una visible disminución de su actividad durante los meses pico: junio y julio. El sector hotelero también se vio afectado y se registró una caída de más del 50% en la ocupación de las plazas disponibles. En cuanto a los rubros que aumentaron su actividad se encuentran los productos de limpieza, fabricantes de barbijos, pañuelos descartables y alcohol en gel. Las farmacias incrementaron sus ventas: la venta de alcohol en gel se sextuplicó y los precios aumentaron en un 70%. Lo mismo ocurrió con los antivirales como el Tamiflú: cuando el medicamento se agotó en las farmacias argentinas comenzaron a importarlo de Uruguay y Chile.
La existencia del nuevo virus se conoció masivamente en el mundo en abril de este año, cuando se detectaron los primeros casos positivos en México. De inmediato, varios países suspendieron sus viajes y vuelos para evitar la propagación del virus. Sin embargo, el H1N1 se expandió hasta provocar que la OMS declarara la pandemia con fase 6 de alerta, lo que calificó la gravedad general de la gripe como moderada. “La pandemia debe poner a las autoridades nacionales en marcha para ejecutar los planes de preparación, identificar los casos con la mayor eficacia posible y reducir al mínimo los casos mortales y de enfermedad grave gracias a un tratamiento adecuado”, señaló la OMS.
Cuando la Gripe A comenzó a ser noticia internacional, todavía no había invadido suelo argentino. El 15 de junio, cuatro días después de que la Organización Mundial de la Salud declarara la pandemia, se conoció la primera víctima fatal en el país. “Sin emergencia sanitaria, habrá más muertes”, anunciaron. Los datos más recientes indican que hubo11.234 casos positivos, con un saldo de 613 personas fallecidas; el número de víctimas fatales a nivel mundial ascendió a 7.826 con picos en América del Norte, el Caribe y Europa. En América latina, incluida la Argentina, murieron más personas por gripe común: cerca de 3.500.
La Gripe A es una enfermedad de las vías respiratorias causada por un virus H1N1 muy contagioso y mutante, que afecta a personas de todas las edades y suele causar complicaciones graves e incluso la muerte en niños y ancianos.
Al momento de declarar como pandemia moderada a la enfermedad, la OMS expresó su preocupación por los casos graves y las muertes que se estaban registrando, tanto en individuos sanos como en personas con problemas de salud preexistentes y en mujeres embarazadas. Sin embargo, la mayoría de los afectados se recuperaban de la infección sin necesidad de hospitalización ni de atención médica. La gravedad de la enfermedad causada por el virus H1N1 fue similar a la observada en los períodos de gripe estacional, aunque se registró una mayor actividad de la enfermedad en algunas zonas e instituciones.
A pesar de la gravedad del problema, a mediados de año las elecciones legislativas del 28 de junio coparon gran parte del espacio en los medios. Luego, hubo mensajes cruzados que confundieron a la población, que se abasteció de barbijos, alcohol en gel y pastillas a mansalva, sin saber si servían para protegerse eficazmente.
Tras el fracaso de la primera reunión del Consejo Federal de Salud (Cofesa) con la debilitada ministra de Salud Graciela Ocaña, el gobierno nacional trazó políticas articuladas con las provincias en torno al tratamiento de la enfermedad. Luego de asumir en la cartera de Salud, Juan Manzur logró unificar criterios en el abordaje de la pandemia y coordinar acciones con los ministerios sanitarios de cada provincia, para afrontar la enfermedad a través de una comunicación más clara.
Por su parte, el ex ministro Ginés González García informó que cada año mueren entre 2.000 y 3.000 personas por complicaciones de la gripe común, por lo que las personas reportadas hasta el momento no debían sorprender.
Santa Fe fue la segunda provincia con más casos de contagios registrados en el país, y aquí también se percibió una psicosis generalizada como la que mostraron los medios en el resto del país. Ante esta situación, las autoridades buscaron profundizar las campañas de difusión e información sobre la situación. En relación con los análisis para confirmar o desechar la afección por el virus H1N1, que en el país sólo se realizan en el Instituto Nacional Carlos Malbrán, el gobierno santafesino invirtió 33.000 dólares para implementar y desarrollar la técnica conocida como PCR Real Time en el Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario. Esto posibilitó que a partir del 1° de julio se puedan realizar en la provincia los estudios para determinar los casos positivos de Gripe A.
Si bien la actividad se vio prácticamente paralizada tanto en escuelas como en ámbitos públicos, no se decidió el cierre de comercios ni establecimientos privados. No obstante, los centros comerciales, los empresarios del transporte de media y larga distancia y los gastronómicos advirtieron una visible disminución de su actividad durante los meses pico: junio y julio. El sector hotelero también se vio afectado y se registró una caída de más del 50% en la ocupación de las plazas disponibles. En cuanto a los rubros que aumentaron su actividad se encuentran los productos de limpieza, fabricantes de barbijos, pañuelos descartables y alcohol en gel. Las farmacias incrementaron sus ventas: la venta de alcohol en gel se sextuplicó y los precios aumentaron en un 70%. Lo mismo ocurrió con los antivirales como el Tamiflú: cuando el medicamento se agotó en las farmacias argentinas comenzaron a importarlo de Uruguay y Chile.
La existencia del nuevo virus se conoció masivamente en el mundo en abril de este año, cuando se detectaron los primeros casos positivos en México. De inmediato, varios países suspendieron sus viajes y vuelos para evitar la propagación del virus. Sin embargo, el H1N1 se expandió hasta provocar que la OMS declarara la pandemia con fase 6 de alerta, lo que calificó la gravedad general de la gripe como moderada. “La pandemia debe poner a las autoridades nacionales en marcha para ejecutar los planes de preparación, identificar los casos con la mayor eficacia posible y reducir al mínimo los casos mortales y de enfermedad grave gracias a un tratamiento adecuado”, señaló la OMS.
La guerra al cacharro
Aedes aegypti, el mosquito más temido, se expande por todo el país.
Junto a la Gripe A, el dengue se lleva los laureles a la hora de recordar qué enfermedades persiguieron y sugestionaron masivamente a los argentinos a lo largo de 2009.
Durante la emergencia a nivel nacional por los repetidos casos de dengue, los especialistas informaron acerca del papel clave que puede jugar la sociedad para evitar que se extienda la epidemia.
Durante el pico de mayor difusión de la enfermedad y su agente transmisor –el mosquito Aedes aegypti– el director nacional de Prevención de Enfermedades, Hugo Fernández, estimó que “por cada caso reportado podría haber entre cinco y diez casos no reportados”. Para ese entonces, el insecto ya había superado el paralelo 35 de latitud sur, su límite histórico, llegando a la provincia de Buenos Aires, como antes había hecho lo propio en Catamarca, Chaco, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Misiones, Salta, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán. En este contexto, la fundación ecologista local Proteger llamó a los medios de comunicación a que “aprovechen su enorme poder” para ayudar a frenar la expansión de los brotes.
El dengue, hay que recordarlo, no se pasa de persona a persona: la transmisión ocurre cuando un mosquito pica a una persona infectada y después a otra no infectada. El mosquito vive en el agua clara, que parece limpia y se junta en gomas, tachos, aljibes, cacharros, chapas acanaladas, tanques sin tapa, floreros y otros recipientes. El agua acumulada en las lonas de los camiones transporta el mosquito y la larva de una zona con epidemia a otra que aún no la tiene. En las aguas turbias, marrones u oscuras no vive el mosquito (esteros, cañadas, zanjas o represas). El mosquito que transmite el dengue pica sólo de día. Matando al mosquito se acaba el contagio de la enfermedad. Perros, gatos y demás animales domésticos no transmiten la enfermedad. Los síntomas se manifiestan en una gripe muy fuerte con mucho dolor de huesos.
La directora de la Organización Panamericana de la Salud, Mirta Roses Periago, indicó que el dengue “no es sólo una responsabilidad del sector de la salud, sino que para combatirlo se requiere un enfoque integrado y multidisciplinario, incluyendo municipios y el apoyo fuerte de los medios de difusión con mensajes de prevención y educación claros y precisos. Los servicios públicos de salud deben garantizar el tratamiento oportuno, no ocuparse de la prevención domiciliaria”.
Si bien los especialistas vienen advirtiendo desde hace más de dos décadas sobre lo importante que es manejar información precisa para prevenir el dengue, la crisis que se desató en el centro-norte argentino parece contradecir ese saber básico. Asimismo, en las décadas del ‘50 y del ‘60 las campañas continentales de erradicación lograron combatir el vector y la Argentina se declaró libre del Aedes.
Pero el abandono de las campañas hizo que el mosquito proliferara nuevamente en los sitios de donde había sido eliminado.
Además, las campañas que se habían realizado no fueron acompañadas de políticas de saneamiento del medio ni por campañas educativas sostenidas en el tiempo de manera de generar nuevos hábitos en la gente.
Junto a la Gripe A, el dengue se lleva los laureles a la hora de recordar qué enfermedades persiguieron y sugestionaron masivamente a los argentinos a lo largo de 2009.
Durante la emergencia a nivel nacional por los repetidos casos de dengue, los especialistas informaron acerca del papel clave que puede jugar la sociedad para evitar que se extienda la epidemia.
Durante el pico de mayor difusión de la enfermedad y su agente transmisor –el mosquito Aedes aegypti– el director nacional de Prevención de Enfermedades, Hugo Fernández, estimó que “por cada caso reportado podría haber entre cinco y diez casos no reportados”. Para ese entonces, el insecto ya había superado el paralelo 35 de latitud sur, su límite histórico, llegando a la provincia de Buenos Aires, como antes había hecho lo propio en Catamarca, Chaco, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Formosa, Jujuy, La Pampa, La Rioja, Mendoza, Misiones, Salta, Santa Fe, Santiago del Estero y Tucumán. En este contexto, la fundación ecologista local Proteger llamó a los medios de comunicación a que “aprovechen su enorme poder” para ayudar a frenar la expansión de los brotes.
El dengue, hay que recordarlo, no se pasa de persona a persona: la transmisión ocurre cuando un mosquito pica a una persona infectada y después a otra no infectada. El mosquito vive en el agua clara, que parece limpia y se junta en gomas, tachos, aljibes, cacharros, chapas acanaladas, tanques sin tapa, floreros y otros recipientes. El agua acumulada en las lonas de los camiones transporta el mosquito y la larva de una zona con epidemia a otra que aún no la tiene. En las aguas turbias, marrones u oscuras no vive el mosquito (esteros, cañadas, zanjas o represas). El mosquito que transmite el dengue pica sólo de día. Matando al mosquito se acaba el contagio de la enfermedad. Perros, gatos y demás animales domésticos no transmiten la enfermedad. Los síntomas se manifiestan en una gripe muy fuerte con mucho dolor de huesos.
La directora de la Organización Panamericana de la Salud, Mirta Roses Periago, indicó que el dengue “no es sólo una responsabilidad del sector de la salud, sino que para combatirlo se requiere un enfoque integrado y multidisciplinario, incluyendo municipios y el apoyo fuerte de los medios de difusión con mensajes de prevención y educación claros y precisos. Los servicios públicos de salud deben garantizar el tratamiento oportuno, no ocuparse de la prevención domiciliaria”.
Si bien los especialistas vienen advirtiendo desde hace más de dos décadas sobre lo importante que es manejar información precisa para prevenir el dengue, la crisis que se desató en el centro-norte argentino parece contradecir ese saber básico. Asimismo, en las décadas del ‘50 y del ‘60 las campañas continentales de erradicación lograron combatir el vector y la Argentina se declaró libre del Aedes.
Pero el abandono de las campañas hizo que el mosquito proliferara nuevamente en los sitios de donde había sido eliminado.
Además, las campañas que se habían realizado no fueron acompañadas de políticas de saneamiento del medio ni por campañas educativas sostenidas en el tiempo de manera de generar nuevos hábitos en la gente.
Sida: no olvidar
Las muertes, la conciencia, las campañas...
Las estadísticas, aún incompletas, muestran una realidad cruel y desequilibrada. Mientras Santa Fe exporta maquinarias y materia prima por cifras millonarias, es también la tercera provincia con más casos de Sida en el país. Alrededor de 400 casos de VIH/Sida de los 1.770 que hay registrados en la provincia están siendo tratados en el Hospital Iturraspe. Al efector acuden pacientes que llegan desde los cuatro puntos cardinales de la provincia, incluyendo algunos oriundos de Santiago del Estero. La Dra. Laura Trosch, quien trabaja en el área hace más de diez años, expresó que “sigue siendo una enfermedad mortal, tratable pero mortal”.
La falta de conciencia generada por la ausencia de conocimiento que hay sobre el tema es el principal motivo de transmisión. Hoy en día tener sexo sin preservativo es estar encima de la enfermedad. No se usa preservativo porque se cree que la enfermedad no está aquí: no hay conciencia porque no se está hablando de esto. “Algunos toman conciencia y se cuidan, hay otros a los que no les interesa cuidarse, no avisan cuando están infectados, no les interesa ponerse el preservativo, por lo tanto se estima que detrás de cada infectado hay gente que también lo está y no lo sabe. Siguen teniendo sexo con otras personas, por lo que se transmite el virus, y por eso hay una población que no la tenemos cuantificada porque no sabe que está infectada o porque supone que está infectada pero no le interesa consultar”, analizó Trosch. La profesional estimó que “si se pudiera hablar con la población sobre el Sida en apenas un 10% de lo que se habló sobre la Gripe A, seguramente se salvarían muchas más vidas de las que se están salvando ahora”.
Desde el Hospital Iturraspe sentenciaron que no se muestra lo que realmente está pasando: no se está dando a conocer la cantidad de casos de infectados ni la cantidad de pacientes que siguen muriendo de esta enfermedad. Mientras, los pacientes crecen en cantidad y los médicos siguen siendo los mismos. Definitivamente, la capacidad de atención está desbordada.
Para finalizar, un dato poco alentador: al hospital llegan chicas de 13 o 14 años embarazadas y con casos positivos de VIH.
Las estadísticas, aún incompletas, muestran una realidad cruel y desequilibrada. Mientras Santa Fe exporta maquinarias y materia prima por cifras millonarias, es también la tercera provincia con más casos de Sida en el país. Alrededor de 400 casos de VIH/Sida de los 1.770 que hay registrados en la provincia están siendo tratados en el Hospital Iturraspe. Al efector acuden pacientes que llegan desde los cuatro puntos cardinales de la provincia, incluyendo algunos oriundos de Santiago del Estero. La Dra. Laura Trosch, quien trabaja en el área hace más de diez años, expresó que “sigue siendo una enfermedad mortal, tratable pero mortal”.
La falta de conciencia generada por la ausencia de conocimiento que hay sobre el tema es el principal motivo de transmisión. Hoy en día tener sexo sin preservativo es estar encima de la enfermedad. No se usa preservativo porque se cree que la enfermedad no está aquí: no hay conciencia porque no se está hablando de esto. “Algunos toman conciencia y se cuidan, hay otros a los que no les interesa cuidarse, no avisan cuando están infectados, no les interesa ponerse el preservativo, por lo tanto se estima que detrás de cada infectado hay gente que también lo está y no lo sabe. Siguen teniendo sexo con otras personas, por lo que se transmite el virus, y por eso hay una población que no la tenemos cuantificada porque no sabe que está infectada o porque supone que está infectada pero no le interesa consultar”, analizó Trosch. La profesional estimó que “si se pudiera hablar con la población sobre el Sida en apenas un 10% de lo que se habló sobre la Gripe A, seguramente se salvarían muchas más vidas de las que se están salvando ahora”.
Desde el Hospital Iturraspe sentenciaron que no se muestra lo que realmente está pasando: no se está dando a conocer la cantidad de casos de infectados ni la cantidad de pacientes que siguen muriendo de esta enfermedad. Mientras, los pacientes crecen en cantidad y los médicos siguen siendo los mismos. Definitivamente, la capacidad de atención está desbordada.
Para finalizar, un dato poco alentador: al hospital llegan chicas de 13 o 14 años embarazadas y con casos positivos de VIH.
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